En eso aparece el Gordo y me dice: – Bo, disculpame por lo del otro día… ¿qué hacés acá un viernes a las 10 de la noche?
– Me dejó mi novia. Vengo a rezar al cuartito.
– Bueno, te lo abro y cuando termines avisame.
Estuve dos horas rezando Padre Nuestro y Ave María y cuando me iba el Gordo me dice “el martes vení a confesarte”.
Voy el martes siguiente, me confieso y me dice: – De penitencia tenes que venir a dar una charla a los chicos de confirmación.
Lo hice y me sentí muy bien. A la semana fui derecho y le dije:
-Quiero armar una ong, ¿salís de Padrino?
-Sí- me contestó.
Después llamé al Pulpo (Alexis) Viera, que lo conocía hace un tiempo y su historia me había impactado, lo invité a un asado y le dije: -Pulpo, va a haber un poco más de gente…unos 70… y ahí también el Pulpo aceptó.
Entonces llamé a Fiorella “¿Te acordás de lo que hablamos de la ong? Bueno, arrancamos”.
Era junio de 2019, contraté a un señor que preparó pizzas para las 70 personas presentes y estábamos ahí con el Gordo y el Pulpo, Fiorella me miraba asombrada de lejos. Saqué una hoja con una golondrina dibujada y les dije: -Esto es El Palomar, vamos a ayudar a personas con discapacidad.
Junté a mis amigos y les dije “Muchachos, necesito sus firmas para armar un directorio” y así nació El Palomar.
Lo primero que hicimos fue implementar el Programa PAED (Programa de ayuda al estudiante con discapacidad), que era un programa en el que yo había participado en el armado en España, en la Universidad Carlos III con dos chicos más en los años 90.
En Uruguay hay muchísima deserción escolar por discapacidad y eso fue lo primero que nos propusimos atacar.
¿QUIÉNES LO INTEGRAN?
El Directorio son amigos que pusieron la firma y que confían y me dejan trabajar tranquilo. En la operativa esta Fiorella Rovascio, y participa mucho Andrés Cikato, de hecho, el próximo Presidente. Formamos un equipo de trabajo muy sólido. Después tenemos psicólogos y una persona que maneja las redes.
Tener una ong es más difícil que una empresa porque no estás vendiendo un servicio o un producto, acá es un chico al que le tenemos que dar calidad de vida, a él y a la familia. Es un colegio al que tenemos que acompañar para que puedan tener a esos chicos. Pero por otro lado tenes que generar recursos, entonces tenes que hacer mucho foco en los eventos, mucho marketing, y tenes que dejar contento a todas las audiencias, al que da y al que pide.
¿QUÉ SE SIENTE EL VER QUE ESTAS AYUDANDO A GENTE DESDE UN PROYECTO CREADO CON AMIGOS?
Siento que todos esos sufrimientos que tuve en mi vida sirvieron para algo. El Palomar para mi es un mago que pone todas esas penurias en una bolsa y las convierte en algo positivo. La suelta de palomas el día de la inauguración en homenaje a mi viejo, fue una de las cosas más emocionantes que viví.
El Palomar es enseñanza para que la gente empiece a mirar para arriba, que no hay que tenerle miedo a la vida, que es lindo aprender, que la gente con discapacidad es tan valiosa como el resto.
Es poder volcar lo de uno sin pedir nada a cambio.
Mi sueño es que el día de mañana todos los colegios estén en condiciones de recibir un chico con discapacidad.
QUIERO COLABORAR, ¿CÓMO HAGO?
Más allá de los eventos que vamos a realizar a lo largo de este año, que son un remate de obras de arte y a fin de año, el 3 de diciembre que es el día de las personas con discapacidad, una carrera, uno puede entrar en las redes o en https://www.elpalomar.org.uy/ y ver que hay distintas maneras de colaborar. Con las suscripciones del 0908, en nuestras cuentas de bancos, las empresas pueden hacer sponsoreos, pueden becar un niño, hay varias formas de acercarse.
¿CÓMO TE GUSTARÍA QUE SIGA ESTA INSPIRADORA HISTORIA Y ESTE PROYECTO DE EL PALOMAR DESPUÉS DE USTEDES?
A nivel personal me encantaría que lo continúe mi familia, amigos. Me gustaría que más colegios tengan chiquilines, que nos llamen para dar más talleres, que coloquen hamacas inclusivas, que van a ver lo valioso y lo lindo que es ver jugar a un chico con discapacidad con sus pares.
Que no tengan prejuicios, la gente con discapacidad son personas que la vida las golpeó. Tenemos que cuidar esas copitas de cristal roto, brindémosle apoyo. Si para una persona normal es difícil desarrollarse y conseguir un trabajo digno, imagínate para una persona con discapacidad.