FUNDADOR Y PRESIDENTE

    GUSTAVO SÁENZ

    ¿QUÉ ES LA COLOMBOFILIA Y CUAL ES TU RELACION CON ELLA?

    La Colombofilia es gente que cuida palomas mensajeras. Son palomas que básicamente están preparadas para correr carreras. Uno las cuida, les da de comer y las entrena. Después hay campeonatos de suelta de palomas entre distintos departamentos: Tacuarembó, Florida, Salto. Las sueltan en distintos lugares y ellas vuelven al palomar y cuando llegan se les saca un anillito de la pata y se marca la hora de llegada.

    Mi padre fue uno de los iniciadores de la Colombofilia en Uruguay. Fundó el club Quintela del que hoy mi hermano es Presidente. Tengo hermanos, primos y tíos que tienen palomar. Yo me dediqué un tiempo, me considero un colombófilo, pero no la practico.

      ¿CÓMO NACE EL PALOMAR?

      Cuando me accidenté estuve un buen tiempo preguntándome ¿por qué me pasó? Hasta que un día comencé a preguntarme ¿para qué me pasó? Entendí que si Dios me había dado esa oportunidad para volver a caminar, tenía que dar ese mensaje.

      Comencé por dar apoyo a chicos jóvenes. El 70% de los casos de accidentes de columna es entre los 16 y los 25 años porque es una edad crítica, una edad donde uno no conoce el peligro y estas más expuesto, andas más rápido, haces deporte, sos más inconsciente.

      Consideré que podía aportar algo allí. Pero hubieron dos factores que terminaron de definir El Palomar. Uno fue Fiorella Rovascio que es una mujer que en aquel entonces trabajaba con el colectivo de personas con discapacidad y conversando con ella le comentaba que algún día me gustaría armar algo que ayudara. De esto hace 8 o 10 años atrás.

      Después aparece mi novia de aquel entonces que desde su catolicismo me empezó a llevar a misa. Yo soy más del barro, de ir a repartir comida, no soy tanto de la teoría, me gusta más la práctica. Pero caí a la iglesia y un día conocí al Gordo Verde. La anécdota es muy graciosa. El Gordo venía puteando porque no lo dejaba dormir el ruido de un boliche que daba a la ventana de su cuarto en la parroquia y pasó casi sin saludar. Le pregunté algo y me contestó re cortado. Me subo al auto y le digo a mi novia “Este gordo que se tira de cura ¿quién es? Si este gordo es sacerdote, yo soy Brad Pitt”.

      Al tiempo mi novia me deja y yo vuelvo desconsolado a la parroquia, al cuartito del perdón a rezar a ver si me traía un poco de suerte porque era viernes y si no era eso, era ir a tomar al bar Arocena.

        En eso aparece el Gordo y me dice: – Bo, disculpame por lo del otro día… ¿qué hacés acá un viernes a las 10 de la noche?

        – Me dejó mi novia. Vengo a rezar al cuartito.

        – Bueno, te lo abro y cuando termines avisame.

        Estuve dos horas rezando Padre Nuestro y Ave María y cuando me iba el Gordo me dice “el martes vení a confesarte”.

        Voy el martes siguiente, me confieso y me dice: – De penitencia tenes que venir a dar una charla a los chicos de confirmación.

        Lo hice y me sentí muy bien. A la semana fui derecho y le dije:

        -Quiero armar una ong, ¿salís de Padrino?

        -Sí- me contestó.

        Después llamé al Pulpo (Alexis) Viera, que lo conocía hace un tiempo y su historia me había impactado, lo invité a un asado y le dije: -Pulpo, va a haber un poco más de gente…unos 70… y ahí también el Pulpo aceptó.

        Entonces llamé a Fiorella “¿Te acordás de lo que hablamos de la ong? Bueno, arrancamos”.

        Era junio de 2019, contraté a un señor que preparó pizzas para las 70 personas presentes y estábamos ahí con el Gordo y el Pulpo, Fiorella me miraba asombrada de lejos. Saqué una hoja con una golondrina dibujada y les dije: -Esto es El Palomar, vamos a ayudar a personas con discapacidad.

        Junté a mis amigos y les dije “Muchachos, necesito sus firmas para armar un directorio” y así nació El Palomar.

        Lo primero que hicimos fue implementar el Programa PAED (Programa de ayuda al estudiante con discapacidad), que era un programa en el que yo había participado en el armado en España, en la Universidad Carlos III con dos chicos más en los años 90.

        En Uruguay hay muchísima deserción escolar por discapacidad y eso fue lo primero que nos propusimos atacar.

        ¿QUIÉNES LO INTEGRAN?

        El Directorio son amigos que pusieron la firma y que confían y me dejan trabajar tranquilo. En la operativa esta Fiorella Rovascio, y participa mucho Andrés Cikato, de hecho, el próximo Presidente. Formamos un equipo de trabajo muy sólido. Después tenemos psicólogos y una persona que maneja las redes.

        Tener una ong es más difícil que una empresa porque no estás vendiendo un servicio o un producto, acá es un chico al que le tenemos que dar calidad de vida, a él y a la familia. Es un colegio al que tenemos que acompañar para que puedan tener a esos chicos. Pero por otro lado tenes que generar recursos, entonces tenes que hacer mucho foco en los eventos, mucho marketing, y tenes que dejar contento a todas las audiencias, al que da y al que pide.

        ¿QUÉ SE SIENTE EL VER QUE ESTAS AYUDANDO A GENTE DESDE UN PROYECTO CREADO CON AMIGOS?

        Siento que todos esos sufrimientos que tuve en mi vida sirvieron para algo. El Palomar para mi es un mago que pone todas esas penurias en una bolsa y las convierte en algo positivo. La suelta de palomas el día de la inauguración en homenaje a mi viejo, fue una de las cosas más emocionantes que viví.

        El Palomar es enseñanza para que la gente empiece a mirar para arriba, que no hay que tenerle miedo a la vida, que es lindo aprender, que la gente con discapacidad es tan valiosa como el resto.

        Es poder volcar lo de uno sin pedir nada a cambio.

        Mi sueño es que el día de mañana todos los colegios estén en condiciones de recibir un chico con discapacidad.

        QUIERO COLABORAR, ¿CÓMO HAGO?

        Más allá de los eventos que vamos a realizar a lo largo de este año, que son un remate de obras de arte y a fin de año, el 3 de diciembre que es el día de las personas con discapacidad, una carrera, uno puede entrar en las redes o en https://www.elpalomar.org.uy/ y ver que hay distintas maneras de colaborar. Con las suscripciones del 0908, en nuestras cuentas de bancos, las empresas pueden hacer sponsoreos, pueden becar un niño, hay varias formas de acercarse.

        ¿CÓMO TE GUSTARÍA QUE SIGA ESTA INSPIRADORA HISTORIA Y ESTE PROYECTO DE EL PALOMAR DESPUÉS DE USTEDES?

        A nivel personal me encantaría que lo continúe mi familia, amigos. Me gustaría que más colegios tengan chiquilines, que nos llamen para dar más talleres, que coloquen hamacas inclusivas, que van a ver lo valioso y lo lindo que es ver jugar a un chico con discapacidad con sus pares.

        Que no tengan prejuicios, la gente con discapacidad son personas que la vida las golpeó. Tenemos que cuidar esas copitas de cristal roto, brindémosle apoyo. Si para una persona normal es difícil desarrollarse y conseguir un trabajo digno, imagínate para una persona con discapacidad.

          DIRECTORA EJECUTIVA

          FIORELLA ROVASCIO

          ¿CÓMO TE PREPARASTE, CÓMO LLEGAS AL PROYECTO Y CUAL ES TU FUNCIÓN?

          Me acerqué a la temática de la discapacidad hace 10 años. No conocía a nadie con discapacidad, ni familiar, ni amigo, ni compañeros de escuela y facultad.

          Comencé a trabajar en una fundación, en la parte de inserción laboral de personas con discapacidad y fue en el momento en que se sancionó la ley 19.691 (establece que los empleadores de la actividad privada con 25 o más trabajadores/as permanentes, deben contratar personas en situación de discapacidad.) La temática me atrapó desde el primer momento. Hoy en día tengo muchos amigos que tienen algún tipo de discapacidad.

          Comencé a conocer historias de vida que me impactaron. Sentía empatía y me preguntaba ¿por qué estas personas no tuvieron las mismas oportunidades que tuve yo? Y la única respuesta era “porque tienen una discapacidad”.

          Entonces empecé a tener una mirada más global, a nivel social y entendí que la sociedad necesita un cambio en ese sentido. Y va mucho allá de las “barreras arquitectónicas” que tienen que ver con la accesibilidad. La primera barrera que tienen las personas con discapacidad es la actitudinal. Me enfrento a una persona con discapacidad y la ignoro. Me olvido de que es una persona.

          Yo trabajaba con una persona con una discapacidad severa y empecé a ver estos choques y la magnitud del problema.

          Me empecé a formar en lo que es la problemática de la educación. Si bien la ley podía servir, los curriculum de aquellas personas estaban vacíos. Había muchísima deserción escolar, nada de estudios terciarios ni universitarios.

          Todo esto que te cuento pasó en el transcurso de los últimos 10 años. En el medio, Gustavo (Sáenz) pierde un amigo con discapacidad que decide suicidarse y yo también pierdo a una amiga. Andrea Costa era una chica de Ciudad del Plata. A los 8 años, cruzando la Ruta la atropelló una camioneta y quedó pentapléjica. No solo no podía mover ninguna parte del cuerpo, sino que tampoco podía respirar por su cuenta. Hizo todo su proceso educativo de primaria y liceo en Ciudad del Plata y en ese proceso las maestras la acompañaron. No había barrera actitudinal. Andrea era brillante intelectualmente. Escribía con el mentón en una computadora adaptada. Nunca perdió un año ni un examen.

          Llega a la Universidad y cuando estaba cursando segundo, con 22 años decide que no quiere vivir más. Estamos hablando de una persona que no podía suicidarse por sus propios medios. Dejó de comer.

          Estos dos episodios, lo de Carlitos el amigo de Gustavo y lo de Andrea, se dieron casi en simultaneo. Un día nos vimos con Gustavo y nos preguntamos a dónde estábamos yendo como sociedad. Entendimos que no les estábamos dando la oportunidad a las personas con discapacidad, ni estábamos preparando a la gente para aceptar esa realidad.

            Fue un impulso. Empecemos a hacer algo dijimos.

            Era buenísimo lo de la inclusión laboral, pero no teníamos educación inclusiva. Empezamos por allí.

            Gustavo me comenta sobre el programa PAED que ellos habían desarrollado en una facultad en España en los años 90, a raíz de la inquietud de estudiantes (entre los que estaba Gustavo) que tenían compañeros con discapacidad y no había nada para ayudarlos.

            Empezamos a pensar hacia donde lo queríamos llevar y así surge El Palomar.

            ¿CÓMO ESTA CONFORMADO Y CUÁL ES EL OBJETIVO DE EL PALOMAR?

            Trabajamos bajo el lema de la Convención de los derechos de las personas con discapacidad que es “Nada sobre nosotros, sin nosotros” lo que significa “Si yo tengo discapacidad, no decidas por mí”. Además del Directorio conformado en su mayoría por amigos de Gustavo, conformamos el CADI (Comisión asesora de discapacidad e inclusión) con 8 participantes, algunos con discapacidad severa, una mamá que tiene una hija con discapacidad severa que vivió toda la trayectoria educativa de su hija y nos puede guiar y personas que nos ayudan con la temática auditiva y visual.

            ¿CÓMO ES EL ESTADO DE SITUACIÓN DE LA DISCAPACIDAD EN URUGUAY?

            En el año 2006 se crea esta Convención. Uruguay la ratifica en 2009 y nace la ley de Protección integral de personas con discapacidad (Ley Nº 18.651). Abarca el 90% de las necesidades para vivir. Desde transporte, vivienda, salud, educación, derecho a tener una familia. El problema en Uruguay son las reglamentaciones y esta ley no se reglamentó. De los ochenta y pico de artículos que tiene se reglamentaron cuatro, de los cuales se derogaron dos…

            Nuestra mirada es que, si existe la ley, se da por sentado que sus artículos están reglamentados, pero no logramos ponerlo en práctica. Hemos avanzado desde entonces muy lentamente, la ley sobre privados salió recién en 2019, ha tenido avances significativos, pero tuvimos la pandemia en el medio. Recién ahora se está empezando a trabajar con continuidad, pero lo más importante para mí fue la concientización de las empresas. Plantar esa semillita. La ley es una herramienta. No mires la silla, mirá la capacidad de esa persona. No veas lo que no puede hacer, preguntale qué puede hacer, que capacidad tiene, qué le gusta, su trayectoria hasta llegar allí. En la educación pasa lo mismo, no veas la discapacidad, preguntale a los padres cuales son las habilidades que tiene el niño/a de ese modo vas a lograr que él/ella y su familia se sientan contenidos, que en definitiva es lo que queremos todos como padres, que en las horas que mi hijo/a está en el colegio, esté contenido/a y en igualdad de condiciones en términos de enseñanza. Yo elegí el colegio de mi hija, porque a otros padres se les vulnera ese derecho, el derecho de elegir la educación de sus hijos/as simplemente porque tienen una discapacidad.

              En definitiva, la ley lo que hizo fue poner la temática arriba de la mesa. La palabra inclusión, más allá de que está “de moda” …bueno, pero se está hablando de eso.

              ¿EN LO LABORAL Y EN EDUCACIÓN CÓMO ESTAMOS, SI NOS COMPARAMOS CON OTROS PAISES DE LA REGIÓN?

              A veces soy pesimista, pero ayer estuve con una persona que está haciendo una consultoría sobre el acceso a la salud en México, por intermedio de UNESCO, y me contó atrocidades que me hicieron sentir que nosotros estamos bien. Creo que a nivel regional somos uno de los países que estamos más avanzados.

              Después, Estados Unidos muy avanzado, España también, ni hablar Holanda.

              En Uruguay hay que hacer una división entre Montevideo e Interior. En la capital se nota, hay rampas por todos lados, están poniendo baldosas para personas ciegas, los distintivos azules en los ómnibus. Los proyectos de construcción empezaron a incluir estas cuestiones. Los ascensores que hablan, los botones con sistema Braille. Hay mucho por hacer, pero se está haciendo.

              El Interior es otra cosa. Las rampas las hacen en las 4 esquinas de la plaza y listo, no podés acceder a otro lado. Todavía hay algo de aquello de que discapacidad es una enfermedad, se toma más desde el punto de vista médico.

              La definición específica de persona con discapacidad es que el ambiente me discapacita. Si soy ciego y voy a firmar un documento que está en Braille, ¿dónde está la discapacidad?

              ¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS PRINCIPALES DE LA ONG?

              En Uruguay el 16% de los habitantes tienen algún tipo de discapacidad. Es un montón, es casi el mismo porcentaje de lo que tiene el mundo.

              En El Palomar trabajamos en la educación inclusiva de niños y niñas en la etapa de inicial, primaria y secundaria, a través del programa PAED. Por un lado, apoyamos a ese niño/a y a la familia y por otro asesoramos a los colegios en cómo adaptar la educación de ese niño. Esta parte es la más difícil y dónde más hay que trabajar para lograr que el día de mañana los maestros se reciban sabiendo sobre educación inclusiva.

              Una tercera pata es el acompañamiento institucional que hacemos en los colegios que ya tienen niños con discapacidad en sus aulas. En la pandemia, por ejemplo, surgió el problema de la virtualidad con los niños con discapacidad visual y fue desconocido para todos, tuvimos que investigar, probar programas y solucionarlo.

              Pero no solo es lo que pasa en el aula, hay que pensar también en los recreos, los campamentos, las salidas didácticas.

              Es un trabajo integral. Este año trabajamos con 8 instituciones privadas, ya que burocráticamente es muy difícil hacerlo con las públicas.

              Otro objetivo importante es lograr que la educación inclusiva se desarrolle más y mejor en el interior.

              ¿LA CARRERA DE DOCENTE INCLUYE EDUCACIÓN INCLUSIVA?

              No. Recién se va a hacer una prueba piloto este año con alumnos de cuarto año, como materia optativa, para después comenzar a implementarla. La lucha es que lo quieren hacer a partir de cuarto año y para nosotros, debe estar en toda la carrera.

              ¿QUE PROYECTOS REALIZARÁN ESTE AÑO?

              Tenemos 2 niños becados como alumnos PAED en primero de liceo, lo que fue todo un desafío, ya que tuvimos que pasar de asesorar a 1 docente en primaria, a 12 en secundaria.

              Apoyamos a esas 8 instituciones, que en total tienen 45 alumnos con diferentes discapacidades.

              Este año sumamos a una niña con discapacidad auditiva, lo que nos va a relacionar con todo lo relacionado a lengua de señas.

              El 2022 como supimos que no iba a haber virtualidad nos pudimos organizar mejor y proyectar.  Nos pasamos 2 años “apagando incendios”. Queremos dar pasos cortos pero firmes.

              Otra cosa que vamos a agregar este año es el trabajo con padres de los demás niños. Los que no tienen ninguna discapacidad.

              ¿CÓMO VES LA EDUCACIÓN EN GENERAL?

              Pienso que tiene que haber un cambio. Hoy en día los niños tienen acceso absolutamente a todo y cuestionan todo. Los docentes deben tener herramientas para poder educarlos a pesar de eso y no hablo solo de discusión, sino de tener argumentos y no quedarse callados. En definitiva, estar mejor preparados.

              Hay un modelo con el que personalmente estoy de acuerdo y se está empezando a implementar en el mundo, que es “el maestro no es el personaje principal de la clase, sino que son los alumnos”. Para mí de esa manera tenes un diamante en bruto para trabajar. El rol del docente es que ese diamante brille.

              ¿CÓMO ES EL CRITERIO DE SELECCIÓN?

              En el caso de niños becados y apoyados por El Palomar tienen que ser familias vulnerables y básicamente lo que más evaluamos es el compromiso que vaya a tener esa familia, ya que nosotros les ofrecemos recursos económicos y humanos y la idea es que ese apoyo brinde sus frutos.

              Para el caso de las Instituciones tienen que estar de acuerdo con el asesoramiento y las sugerencias que les damos, sin imponernos, pero también tenemos que ver avances en el docente, en el relacionamiento con ese niño. La idea es trabajar hasta 2 años en la Institución y que luego de ese período, queden capacitados para seguir con la tarea ellos solos.

              ¿CÓMO Y DÓNDE PUEDEN COLABORAR LAS EMPRESAS?

              Este año logramos entrar en lo que es Donaciones especiales para que las empresas que apoyan tengan beneficios fiscales así que confiamos en que nos van a acompañar.

              PODCAST / FIORELLA ROVASCIO

                  PADRINO

                  JUAN ANDRÉS VERDE

                   ¿A QUE EDAD EMPEZASTE A JUGAR AL RUGBY? ¿EN DÓNDE?

                  El rugby siempre fue una pasión. Empecé de chico en el colegio Monte VI y a los 14 me fui a Carrasco Polo donde tenía algunos amigos como la banda de los Etcheverry: Jero, Tincho, Tite, Tomy, toda esa barra éramos como hermanos y no había nada más lindo que jugar con amigos. Y el rugby mismo te llevaba a tener una amistad más sólida, más profunda. Con los compañeros y con los rivales.

                  Allí jugué hasta que me retiré para hacerme Cura.

                  ¿JUGASTE EN SELECCIONADOS JUVENILES?

                  Si. Jugué un par de Sudamericanos y 2 Mundiales Juveniles. El de Irlanda 2007 y el de Japón 2009. Siempre digo que en la selección vos te encontrabas con tus mejores rivales y allí también se hacen amistades lindas que perduran. En Japón que fue Mundial A, jugué con el Garrafa (Juan Manuel) Gaminara, con Vila (Francisco) Vilaseca, con el Pollio (Nicolás), con Roquito (Joaquin Rocco), Santi Gortari, el Bondi (Agustín) Bordaberry. Old Boys tenía un plantel juvenil impresionante. Tremendos recuerdos.

                  ¿LLEGASTE A JUGAR EN PRIMERA?

                  2 partidos en plantel superior, uno en la cancha de Christians donde me llevé un tajito, “heridas de guerra” diría el Tecla (Martín Mendaro). Ya me estaba retirando.

                  ¿QUÉ MOMENTOS TE DEJÓ GRABADO A FUEGO ESE DEPORTE?

                  Para mí el rugby es una filosofía de vida. Quién conoce de verdad el deporte, quien lo vive, quien lo juega y quien lo sigue viviendo después, más allá de las canchas, tiene una filosofía para vivir. El jugar en equipo porque solo no logras nada, el confiar, abrirte, ceder. Es el deporte que, frente al golpe, tenes que levantarte y tenes compañeros que te ayudan. Y eso te sirve no solo para vivir una vida de fe como en mi caso, sino que son valores que llevo a la práctica todos los días para encarar muchas cosas.

                    Pero también te sirve para encarar cualquier laburo o disciplina en la que estés. El respeto a la autoridad. Yo era indisciplinado para jugar, después aprendí. Cuando jugas al rugby estás al límite, tranquilamente podés pasarte y pudrirla, pero a la vez exige una especie de auto control permanente. Si eso lo llevas a la vida, te sirve mucho.

                    A los chicos del club que están buscando trabajo siempre les digo “pongan que juegan al rugby”, porque es mucho más que un simple deporte.

                    ¿EN QUE MOMENTO TE DISTE CUENTA DE QUE QUERIAS SER UN SERVIDOS DE DIOS?

                    Fue algo progresivo. Siempre traté de escaparle a la idea de ser Cura. Estamos en un país donde ni siquiera está bien visto ser Sacerdote, un país laico y en general anticlerical. En mi familia tuve que dar explicaciones, somos una familia católica pero no entendían. Me pasó con amigos, me decían “Gordo vamos a tomar una, a ver si recapacitas este camino que estás tomando”, me hablaban como si estuviera perdido en la droga. Con la mejor intención. Siempre valoré esos amigos que vienen y te cantan la justa, más allá de que piensen distinto. Eso es lo mejor que nos puede pasar: estar abiertos a quien piensa diferente.

                    También fue muy gratificante después, cuando esos mismos amigos venían y me decían “Si eso es lo que te hace feliz, dale para adelante”. Hace poquito recibí un mensaje de Garrafa con quien fuimos rivales, compañeros, nos cagamos a palos, nos abrazamos y también compartimos momentos muy lindos de la vida y del deporte. Me escribió “Gordo, me eriza el camino que estás haciendo”. Que referentes como él te valoren así, es muy lindo.

                    ¿EL SERVICIO ES UNA VOCACION COMO LA DEL MEDICO O EL INGENIERO?

                    Yo creo que todos tenemos vocación de servicio. La podés potenciar o no, pero todos podemos servir. Nacemos con un fin y una misión. Podemos buscar ser lo mejor, con lo que somos. En el idioma de la fe se llama “santidad”.

                    Yo soy un jabalí. 115 kilos peso, no busco correr 100 metros en 8 segundos, pero capaz que sí puedo estar consolando ayudando o dando esperanza a personas en momentos de dificultad o de mucho dolor. Y a la vez, comiendo un rico asado, o un puchero.

                    Desde dónde me toca estar, sirvo con lo que soy.

                    ¿QUÉ ES LA FE?

                    Es una llavecita de luz que uno encuentra en una pared. A veces puede ser difícil de hallar, pero una vez que la encontrás, ese click te ayuda a vivir tu vida de una manera única.

                    No es que la fe te hace parar de sufrir, o que con Dios todo es más fácil… minga, mentira. Pero con fe te das cuenta de que todo es posible. La fe le termina dando un sabor y un sentido a tu vida, un porque y un para qué, que yo no encontré ni en el rugby ni en la joda, ni en el boliche, ni en tantos otros lugares donde he buscado.

                    CUANDO OCURRE ALGO COMO LO QUE LE PASÓ A GUSTAVO, ¿ES COMÚN QUE ESA PERSONA PIERDA LA FE? ¿O ES LA FE LO QUE LA AYUDA?

                    Yo creo que cuando a alguien le pasa lo de Gusta, se dan las dos. Somos humanos, se da eso de que querés tirar todo a la mierda, yo que sé… ¿Dónde estabas Dios? ¿Por qué a mí? Yo creo que eso es humano. Pero sin dudas que después la fe termina siendo esa fuerza que te saca para adelante y que te impulsa a comerte la cancha y a ir por todo. ¿Tengo el 1% de posibilidad? Voy por ese 1.

                    La fe es un gran regalo que hay que pedirlo, es saber que tenemos un amigo que no falla, que es Jesús, que dio todo por nosotros y que estuvo dispuesto a todo por nosotros y que para él valemos la vida.

                    Yo pienso en el Gusta. No sé si alguna vez imagino estar haciendo El Palomar, encarando de esa manera. No sé si alguna vez imaginó que iba a volver a caminar, o todo lo que está haciendo. Pero seguro que esa fe, esa confianza, esa familia, esas motivaciones, esos valores, arman un combo que nos va formando como personas. Y la fe es un ingrediente absolutamente necesario.

                      ¿COMO NACE TU RELACIÓN CON EL PALOMAR, ORGANIZACIÓN DE LA QUE SOS PADRINO?

                      Nos conocimos con Gustavo de una manera muy rara. Yo estaba en la iglesia, sigo siendo medio calentón y en esa oportunidad venia caliente porque atrás de la Iglesia había una pizzería que de noche ponían música al palo y no podía dormir. Esa mañana salí muy temprano en pijama re caliente a decirles” Bo, soy el Cura de al lado, córtenla con la música”. Un desastre, Y en eso lo veo al “rengo” llegando a la iglesia. Me encara y me dice “Bo, ¿vos sos de acá?”  Y yo no quería hablar con nadie “No” le dije. Y el Gusta insistió, “¿Dónde está ese famoso cuartito del perdón?” y yo le digo “allá, ¿ta? chau” y me voy. Le hablé mal. Y a la noche cuando me fui a dormir, no me podía dormir. Al otro día muy temprano me levanté, preparé el mate y pensaba ¿Quién será este loco?

                      Un día yo estaba confesando y aparece Gustavo. Aproveché para pedirle perdón, le expliqué lo del vecino y la música y me dice “Si Gordo, quiero que sepas que volví por eso, porque me cayó bien darme cuenta que eras un Cura distinto”. Dios se sirve de un bostazo de vaca para sacar una florcita.

                      La cuestión que nos hicimos amigos y me contó de esta propuesta y nos pidió a Alexis (Viera) y a mí para que seamos Padrinos, cosa que para mí fue un honor.

                        ¿CUÁL ES TU FUNCIÓN COMO PADRINO?

                        Lo que trato de hacer es ayudar a crear conciencia desde dónde me toca estar, de que la inclusión -especialmente para aquellas personas que, por diferentes razones, físicas como en este caso, están excluidas de nuestra sociedad- es trabajar entre todos, para que haya un lugar para todos.

                        Yo creo que una sociedad se hace más fuerte y crece no cuando el mejor logra ser mejor, sino cuando el que está en dificultades logra sentirse “parte del equipo”.

                        Cuando un equipo gana y el Capitán levanta la Copa, no la levanta por él solo, la levanta por todos los que participaron.

                        ¿CÓMO VES EL FUTURO DEL PALOMAR?

                        Me gusta esa frase que adoptó: “Hasta el cielo no paramos”. Para hacer grandes cosas hay que empezar por las cosas pequeñas.

                          Lo que más resalto de El Palmar y de Gustavo es que la fuerza de la experiencia habla por sí sola. Gusta tiene la experiencia de haber estado ahí. Él entiende lo que es no poder caminar, no poder moverse, aprender a comer de nuevo a los 20 años. Tiene la experiencia de sentirse excluido y de quizás sentirse “no útil”.

                          Es fuerte, pero es así, la sociedad del descarte. Eso no puede pasar. ¿Quién dice si servimos o no? ¿Quién dice para qué servimos?

                          El Palomar no tiene techo, esto recién empieza.

                          Entrevista: Ignacio Naón
                          Fotografías: Archivo Gustavo Sáenz / Archivo El Palomar / Ignacio Naón

                            Revista Oficial
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