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      Generalizando, podemos decir que desde 2016, la gran mayoría de las empresas del Uruguay no han tenido un crecimiento significativo. Salvo algunos sectores de actividad y un puñado de empresas dentro de ellos, han logrado en estos últimos años un desarrollo importante, una historia de éxito para contar.

      Una economía tendiendo al estancamiento o la recesión, entorno internacional y regional complejo, el desafío sanitario y económico que la pandemia aparejó, serían en muchas de esas situaciones la explicación de la meseta o caída.

      Ya entrado el 2022, hay variables que tienden a revertirse y parecen colocar al país, a su gente y a las empresas ante la oportunidad de un nuevo ciclo de crecimiento que nos conduzca a una situación de mayor prosperidad.

      La pandemia parece haberse colocado bajo control, el contexto internacional y regional ha mejorado bastante sensiblemente, el país se ha insertado muy bien en ese entorno, nos posicionamos mejor desde el punto de vista reputacional, muy probablemente el Gobierno emerja fortalecido del referéndum.

      Con nuestro orgullo nacional tonificado nos invade una expectativa razonable que nos coloca como blanco de inversores. En un vecindario complicado, nos hemos comportado como un muy buen alumno y estaríamos en condiciones de sacar partido de esa situación.

      Ajustando el zoom, es esperable la mejora en los indicadores de crecimiento, del consumo y un alto desempeño de las ya empinadas cifras de exportación en niveles records; en ese sentido, más que nunca, vivimos de las vacas, la madera, los granos y el software.

      Las amenazas de variada naturaleza y entidad probablemente no tengan el potencial de empañar la fiesta: inflación creciente, tipo de cambio estancado o cayendo que mueve hacia la pérdida de competitividad, nuestros endémicos altos costos/altos precios, y, asistimos impávidos al escenario de una guerra que lanza sus zarpazos sobre los aspectos humanitarios y económicos.

      Independientemente de algunos sectores abanderados que vienen traccionando fuertemente de la economía, como los agronegocios, la construcción e infraestructura etc., estoy convencido que los empresarios estamos ante una gran oportunidad, un ciclo positivo, un yacimiento.

      Las empresas no necesitan de un entorno ideal para crecer, no es imprescindible contar con un fuerte viento de cola, con todas las circunstancias favorablemente alineadas. Pero, sin dudas un buen entorno es una circunstancia propicia que ayuda y mucho.

        Por eso es buen momento para repasar y repensar las estrategias claves que llevan a una empresa a crecer en forma relevante, a ganar mercado. ¿Cómo hacen los que lo logran? Veamos un enfoque sistémico de las causas:

        • Mas o mejores productos. Crecer suele ser consecuencia de aciertos en la incorporación de nuevos productos/servicios para nuestros clientes existentes o captación de nuevos clientes atraídos por ellos.
        • Más clientes. En otras oportunidades el crecimiento aparece asociado a la captación de más clientes para mis productos por un tratamiento más intensivo o la ampliación de los canales de comercialización/distribución, porque mejoro el acceso a mis productos, lo coloco en más lugares, mejoramos en la distribución.
        • A veces cambios en la política de precios o modificaciones sustanciales en costos, nos permiten precios más atractivos y eso mueve la demanda llevándonos a ganar mercado.
        • Mejor comunicación. El uso acertado de las herramientas publicitarias y promocionales, el buen manejo de medios, incluyendo redes sociales y todos los aspectos comunicacionales que ofrece el mundo digital, puede impulsar nuestras ventas y llevarnos a una escalada de crecimiento
        • Un factor crítico de éxito. Hay oportunidades en que un acierto de gestión o una alternativa dentro de uno de estos factores, como el diseño, el costo, ciertos atributos claves, una alianza que nos coloca competitivamente a la vanguardia, constituye una ventaja competitiva más o menos sostenible que nos despega de nuestros competidores.

        En ocasiones, es momento de plantearse la posibilidad de incorporar algún partner estratégico que fortalezca el frente de ataque, un jugador tecnológico o financiero, etc. Alguien en posición de poner lo que hace falta para ir por otra escala. Mirar el mercado, en especial la competencia, ¿cómo hacen los que lo logran? ¿Cuáles son los factores que los están impulsando?

        • Aliarse con la tecnología. Es parte del factor anteriormente mencionado, pero por su trascendencia veámoslo aparte. ¿Qué puede hacer la tecnología por el negocio? ¿cómo puede apalancarnos? ¿estamos bien apoyados y guiados en ese mundo? ¿qué tiene para ofrecernos la “ciencia de los datos”? ¿somos los líderes permeables a las incorporaciones tecnológicas o los detractores de ellas?
        • La expansión. Se trataría de una hipótesis amplificada de conseguir “más clientes para nuestros productos”. Ir por mas, expandirnos geográficamente dentro o fuera del ´país, solo o acompañados.

        Aquí listamos una serie de elementos racionales, estrategias que bien combinadas tienen el potencial de llevarnos a protagonizar un ciclo de crecimiento en nuestros negocios. Veamos algunos otros ingredientes claves de característica más emocional, más relacional, más humana.

        El líder, el equipo, el método y las ganas. Hablamos de factores que constituyen el método para hacerlo, en que pensar y que factores abordar en forma ordenada. Tan importante como el método, son las ganas, esto es, la vocación incontenible por el crecimiento, nuestra propensión a aceptar valientemente los grandes desafíos, nuestras iniciativas y ambiciones que nos impulsan a ir por más, a animarnos, nuestra convicción que “sí se puede”.

        En ese aspecto el rol del líder como inspiración y agente para transferir entusiasmo y convicción es crucial. Rara vez el crecimiento es impulsado por un líder timorato, falto de determinación o muy conservador. También es importante apoyarse en los integrantes osados del equipo, los vanguardistas, los que aceptan desafíos. En estas epopeyas de crecimiento es muy importante el líder y el equipo comprometidos, generosos y deseosos de compartir sueños y realizaciones. No dejen de pensar en la tripulación adecuada para encarar la travesía.

        Es tan formidable como equitativo que un proceso de crecimiento en un negocio, un ciclo de abundancia, distribuya prosperidad entre todos los que han contribuido a su logro, reconociendo proporcional y calurosamente a los precursores y a los seguidores.

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